La abolición de la esclavitud en «Amazing Grace»

septiembre 18, 2009
"Amazing Grace". (2006). UK. 111 min.

"Amazing Grace". (2006). UK. 111 min.

Aunque estrenada recientemente en Barcelona en un cine no comercial (de “arte y ensayo”) y con tres años de retraso respecto a su producción, ver el film Amazing Grace, dirigido por Michael Apted, ha merecido la pena. Una película honesta, sobre un hombre honesto: así acababa la breve crítica de ella aparecida en el diario El Periódico. Comparto esa afirmación. Ese hombre honesto fue William Wilberforce,  un joven y elocuente humanista cristiano que luchó   por la abolición de la esclavitud en Inglaterra en torno a 1800, dentro y fuera del Parlamento.

Quizás alguien pueda pensar que  en el relato visual de M. Apted hay demasiadas palabras, demasiados discursos. Ciertamente no estamos ante una cinta trepidante, pero sí ante una film honesto en el que la amplia utilización de los debates parlamentarios es  coherente con la noble apuesta de Willberforce y sus compañeros de empeño: conseguir que fuera declarada ilegal en el Reino Unido la trata negrera mediante la palabra. Lo que él buscó (y logró) fue convencer  a sus compatriotas de que la esclavitud era inhumana e inmoral, sin excluir por ello recursos  inteligentes que aminorasen las reticencias de la clase política británica debidas a unos intereses económicos comprensibles y palmarios. Desde luego, esta película merece un comentario más extenso y matizado. Vaya  por delante ahora esta primera impresión y mi recomendación de que la vean.


El drama europeo del siglo XX (Los hermanos Rajk)

septiembre 18, 2009

Shields, Ducan: Los hermanos Rajk: Un drama familiar europeo. Barcelona, Acantilado, 2009, 333 págs.

Shields, Ducan: Los hermanos Rajk: Un drama familiar europeo. Barcelona, Acantilado, 2009, 333 págs.

Agosto ha sido en este blog un paréntesis en la escritura, pero no un tiempo vacío. Las horas de  inmersión en una novela histórica, “Los hermanos Rajk”,  han sido uno de los tiempos más llenos de disfrute y de ampliación de conocimientos.

Hago mías las palabras  con que presenta el libro György Konrád, húngaro como los protagonistas. Estamos ante “Un meticuloso ensayo histórico, cargado de contenido. Una descripción de una época, un retrato familiar que he leído como una auténtica saga”. Las trayectorias vitales de Lászlo  (comunista convencido) y de su hermano Ender (adherido al régimen fascista húngaro) condensan los terribles desgarros de la Europa del siglo XX. La prosa ágil de Duncan Shiels (un británico), nos permite seguir  el fin del Imperio austro-húngaro,    la guerra civil española, la segunda guerra mundial, la división político-ideológica de Europa, el levantamiento húngaro antisoviético de 1956   (“contrarrevolución”, hasta 1989; “revolución” después) y la posterior transición a la democracia   en el país magiar.

A través de las esperanzas y temores de esa  familia de origen transilvano (rumano), conocemos mejor una cara oculta y trágica de Europa. Pero no es esta  una obra nihilista y desesperanzada, todo lo contrario. Las microhistorias, intensas y turbulentas, de esos dos grandes protagonistas y de sus familiares las podemos conocer gracias, en buena parte, a los testimonios orales de los descendientes de los hermanos Rajk: mujeres y hombres, que lucharon por el reconocimiento de la verdad ocultada y mantuvieron con valentía sus convicciones. El autor deja constancia puntual de todas esas entrevistas que, junto con las obras escritas, le han permitido enhebrar un relato fascinante e interpelador.


Un arco iris en la noche

julio 22, 2009

He leído con enorme interés la reciente obra de Dominique Lapierre, Un arco iris en la noche. (Barcelona, Planeta, 2008, 423 pags.). Con su acreditado talento narrativo el autor nos ofrece ahora una ágil   panorámica de la historia de Sudáfrica, con alguna licencia de novelista. Desde la fundación de la Ciudad del Cabo en 1652 hasta los inicios del Gran Viaje en 1835 por los afrikaners  (descendientes de holandeses), el relato es muy sintético. Se nos narra en cambio con más detenimiento el auge y el fin del inhumano régimen del apartheid, a través del entrecruzarse de algunas vidas emblemáticas. Entre éstas destaca la del gran líder negro Nelson Mandela,  cuya autobiografía es una de las fuentes más importantes para la última parte del libro. La explicación, en el contexto mundial,  de los  turbulentos avatares de ese joven  país, multirracial y multicultural,  se entrevera en la pluma de D. Lapierre con un canto a la esperanza, al diálogo y a la solidaridad humana. Glosario,  cronología,  bibliografía, recopilación de textos  “legales” y bien espigadas imágenes, acrecientan el interés de este libro que se lee como una novela e invita a pensar como un ensayo histórico.


Este portal sigue creciendo

julio 22, 2009

Desde que escribí mi última entrada, hemos tenido la alegría de incorporar en el portal un buen  número de nuevos autores, algunos  textos emblemáticos,  otras referencias bibliográficas y más comentarios de films históricos.  Así es un honor para nuestra página albergar ya el texto   inicial, en francés, de la revista Storia della Storiografia, escrito  por  Ch.-O. Carbonell. También  acoger un artículo seminal de J. Rüsen sobre el concepto de cultura histórica (publicado originalmente en alemán e inédito en español hasta ahora) y un texto inédito, en inglés, de G. Iggers sobre racionalidad e historia.


Afanes de Junio

julio 22, 2009

Junio es, en el ámbito universitario, tiempo  de finalizar y valorar  los cursos. También, con frecuencia de  encuentros científicos.  En mi caso, tiempo de acabar la asignatura de “Creación de la cultura histórica: Estudio de casos” en el máster en Cultura histórica y Comunicación (UB). Así mismo, tiempo de participar en un intenso coloquio internacional.   Conmemoraba éste  los 350 años del Tratado (llamado) de los Pirineos firmado en 1659. El coloquio tuvo lugar del 17 al 20 de junio en Barcelona y Perpinyà/ Perpignan (o Perpiñán).  Esta última denominación trilingüe de una ciudad catalana (hoy también francesa) y que  formó parte de la Monarquía española hasta el tratado de 1659 es muy significativa. Refleja ya en alguna  medida  la compleja problemática identitario-cultural, socioeconómica y político-diplomática que ha sido abordada en esos días.


Sobre el futuro de la historia

May 30, 2009

La intención comunicativa de este blog sigue vive viva.  Hoy, sobre un tema de altos vuelos. Y, ante todo, con un sentimiento de gratitud hacia muchas personas, por la acogida que han dispensado al portal en el que se ubica entretiempos.

Los filósofos, sociólogos y críticos literarios postmodernos (más algunos pocos historiadores) han planteado, sobre todo desde fines del decenio de 1960, un serio desafío a las certezas sobre la historia (como proceso y escritura) que han dominado el panorama cultural en Occidente desde la Ilustración. Eso lo hemos aprendido, al menos casi todos los hispanohablantes, zizagueando con dificultad en un intrincado bosque de autores, textos arduos y propuestas interpretativas. Pero la relación de éstas con su(s) contexto(s), el sentido de conjunto y las ideas fuerza del nuevo clima cultural nos resultaban elusivas y un  tanto abstrusas. Parecía que la trama (o las claves) de ese aparente caos o bien se nos ocultaba o se nos explicaba demasiado sumariamente. Es cierto que ya disponíamos de algunas buenas panorámicas sobre las tendencias historiográficas del siglo XX en que se abordaba este tema en páginas clarificadoras, necesariamente breves, debidas, por ejemplo a Georg Iggers y a Jaume Aurell.

Ahora se acaba de publicar un estudio fascinante, amplio y bastante bien trabado, en que que se revisa y piensa a fondo, como tema central, Sobre el futuro de la historia: El desafío posmodernista y sus consecuencias. Tal es el título (traducción del original inglés de 2003) del libro editado, con sentido de la oportunidad, por las Publicacions de la Universidad de Valencia. Un óleo de Willem de Kooning de 1976 en la cubierta le presta a esta obra un atractivo suplementario. El autor del estudio es un reconocido especialista en historia de la historiografía, Ernst Breisach, de origen austríaco, afincado en los Estados Unidos y hoy catedrático emérito en la Western Michigan University.

No pretendo hacer una reseña académica. Estas líneas quieren ser únicamente una invitación a la lectura del libro. Quizás quienes accedan a ellas compartan mi impresión final. El libro de Breisach desemboca en una sensata, medida y erudita apología de la historiografía. Pero sólo tras un diálogo que toma en serio, tamiza y nos explica, contextualizándolas, las argumentaciones que han aducido las distintas variantes del postmmodernismo (incluidas las de sus precursores). Unas argumentaciones que constituían (y constituyen) en buena parte una impugnación de la relevancia intelectual de la historia. Aunque no sean posturas totalmente nuevas. Ya Peter Burke, en un texto recogido en este portal, se había ocupado de esta crisis del siglo XX comparándola con otra análoga del siglo XVII.


Bienvenida

abril 25, 2009

Casi en vísperas de la fiesta del libro -en Catalunya, la de Sant Jordi- empieza su andadura este nuevo blog.

Con él me propongo dos objetivos principales. El primero es comentar quincenalmente algunos fenómenos relacionados con la cultura histórica. El segundo, relatar algunas vivencias que han dejado en mí cierta huella intelectual. La vida dirá cuál de ellos acaba prevaleciendo.

He titulado este blog (por sugerencia familiar)  “entretiempos” porque suena bien y porque responde a algunas realidades. Como historiador, me encuentro siempre entre tiempos, transitando del pasado al presente sin olvidar el futuro. Todo historiador es un puente entre tiempos.

Deseo que este nuevo blog sea un espacio de encuentro en el que podamos departir e intercambiar ideas todos aquellos que nos encontramos en esta emocionante aventura de comprender la condición humana, con su dignidad e indigencia, desde la atalaya de la historia.

La pretensión –propia de la historia- de comprender nuestra condición humana concediendo una atención especial a nuestro cambio en el tiempo, tiene mucho de una empresa necesaria y límite, que conlleva movernos casi simultáneamente en distintos planos de temporalidad y exige distender nuestra conciencia entre una época y otra.

El nombre del blog se explica también porque las reflexiones fragmentarias que aquí plasmaré serán escritas un poco a vuela pluma, entre los  tiempos que dedicaré a pensar y escribir, de manera  más sistemática y académica, sobre mis ámbitos de investigación: la historia cultural de la época del Barroco y los debates teóricos sobre la historia.


A Global History of Modern Historiography, desde China.

abril 25, 2009

He tenido ocasión ya de echar un vistazo al nuevo libro que acaba de publicar el Prof. Georg G. Iggers,  junto con Q. Eward Wang, en la editorial Routledge. A Global History of Modern Historiography (así se llama) es toda una ilustración de que la historiografía, el estudio de cómo se escribe la historia (en cuanto disciplina intelectual), sigue a la historia (como evolución de la humanidad). En una sociedad cada vez más globalizada hacía falta una obra así. Y sólo podía ser realizada con garantías por un equipo multicultural. En este caso La perspectiva y el tratamiento de los capítulos relativos al mundo sínico en sentido lato (China y los países que han estado muy relacionados históricamente con ella) los ha aportado un especialista chino-americano el Prof. Q. Edward Wang.  (Y la profesora  Supriya Mukherjee, formada en Nueva Delhi y Buffalo, N. Y., ha asesorado a Iggers y Wang en lo relativo a la India).

No es una mera casualidad que  haya visto esta esperada obra, justo en vísperas de un segundo viaje a China,  realizado recientemente, que tenía Nanjing como destino principal. El viaje académico y de turismo cultural, de 12 días, ha sido una ocasión excepcional de comprender hasta qué punto, sin tener en cuenta este gran país toda visión del mundo queda alicorta.  Y esa extraordinaria experiencia de la alteridad (en algunos lugares uno se percibía como una gota europea en un mar asiático), me ha hecho más consciente  de lo mucho que tenemos en común, en el ámbito histórico-cultural los europeos y todas las personas que  desde allí son percibidas como “Western” (occidentales).